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Cómo reaccionar ante la desesperanza

Introducción

La desesperanza es una actitud que nos puede hundir en un profundo pesimismo. En este post planteo formas de reaccionar ante la desesperanza.

La desesperanza es una interpretación de los sucesos negativos, que consiste en una tendencia a hacer interpretaciones negativas sobre las causas, consecuencias e implicaciones para la propia persona que tienen los acontecimientos vitales nocivos.

Manifestaciones de la desesperanza

Si hecho una mirada atrás a mis 10 años trabajando como psicólogo, si tuviera que señalar uno de las actitudes que con más frecuencia se repite en las personas que acuden a tratamiento, este sería la desesperanza. Varios ejemplos al respecto:

  • La persona con adicciones, o trastornos de la conducta alimentaria, sienten desesperanza ante la incertidumbre de si podrán o no controlar sus impulsos perjudiciales.
  • La persona con problemas de ataques de pánico siente desesperanza ante la incertidumbre de si podrán conseguir una vida satisfactoria a pesar de los ataques de ansiedad.
  • La persona con un episodio depresivo ve un futuro negro y desesperanzador, sintiendo que sus síntomas nunca se van a resolver.
  • La persona con una esquizofrenia siente que nunca podrá cumplir sus mayores deseos por las limitaciones de su enfermedad.

Aunque no hay que tener ningún trastorno mental para estar familiarizado con la desesperanza.

Todos conocemos personas que no ni tienen trabajo ni hijos de los que hacerse cargo. Personas que van a ser desahuciadas por no pagar la hipoteca. Personas que se hunden ante una ruptura sentimental.

Poner el telediario es darse un baño de desesperanza: corrupción política, poderosos que abusan de los indefensos, guerras, masacres, violencia de género o juvenil, y un largo etcétera. Incluso programas de televisión como “Salvados”, detrás de la denuncia que muestran, dejan un poso de profunda desesperanza.

Actitudes para que la desesperanza no nos invada

La desesperanza en una actitud muy arraigada en el ser humano. ¿Pero, todo el mundo se siente desesperado en algún momento de su vida? Así como la tristeza me parece una emoción universal, con la desesperanza no lo tengo tan claro.

Creo que todos en algún momento de nuestra vida sentimos desesperanza, aunque hay formas de ser que son más propensas a que ésta se manifiesta con más frecuencia.

El problema que se plantea es como actuar ante ella. Propongo cuatro actitudes que pueden facilitar el no dejarse invadir por la desesperanza.

  1. Darle la importancia que se merece

Te propongo un pequeño ejercicio. Te voy a pedir que NO pienses en un elefante rosa…¿Verdad que lo primero que te ha venido a la cabeza es un elefante rosa? Esto es algo que nos ocurre frecuentemente a las personas. Basta que nos obliguemos a no pensar en algo para que este pensamiento acuda con más frecuencia a nuestra mente.

Por eso os planteo que no la neguéis cuando lo sintáis, que la aceptéis de la misma manera que cuando sentís amor y alegría.  ¡Evitad expresiones del tipo “No tengo que desesperad, aunque sea por mis hijos y familiares” o “Tengo que ser optimista, el futuro me deparará cosas buenas”!

Adopta una actitud hacia ella caracterizada por:

  • Hablar de algo relacionado con la desesperación no significa que eso vaya a ocurrir. Al contrario hablar sobre ello facilita deshacernos de algo desagradable para nosotros.
  • Hablad sobre ello con una persona de confianza que sepáis que no va a juzgaros ni se va a poner una actitud de “tener que hacer algo por vosotros” o “tener que sacaros de ese estado y llevarles a otro más optimista”
 2. Recrearse en la desesperanza

Por lo comentado en el epígrafe anterior no hagáis esfuerzos por dejar de sentir desesperanza.

Quizás no coincidáis en esto conmigo.

Objetivamente los contenidos de pensamientos desesperados parecen dañinos para el bienestar; pero, a la vez, la desesperanza está muy ligada a la tristeza y conectar con la tristeza es sanador. Permitirse un tiempo de explorar los pensamientos desesperados, favorece el conectar con esa tristeza.  Es como si la desesperanza fuese el envoltorio que oculta la tristeza.

¡Además, si los grandes genios de la literatura como Kafka, Conrad o Pío Baroja le han dedicado tantas páginas es porque algo beneficioso tendrá regodearse en ella!

Lo que te diría que tengas en cuenta es que el tiempo consciente que le dediques a estos pensamientos esté controlado por ti. Puede ser 10, 30 o 60 minutos cada uno necesitará un tiempo diferente. Para algunos será bueno escribir sobre ella y otros necesitarán estar sumidos en este estado sin hacer nada. Decidid vosotros cuando empieza este tiempo dedicado a la desesperanza y cuando acaba.

No esperéis que en este recrearse haya un oyente, pues una cosa es validar ese estado y otra tener la capacidad para estar durante un tiempo escuchando la desesperanza de otro. Sólo si tienes entrenamiento suficiente (psicólogos, terapeutas, trabajadores sociales, etc.) puedes hacerlo, sin que esté te suma en un estado de desesperación.

3. Hábitos y rutinas

El trabajo o las responsabilidades ayudan a tener rutinas: son un incentivo para levantarte y ponerte a funcionar. Además de ayudarnos a organizar el día y tenerlo ocupado, nos hace sentirnos útiles, y el premio de hacer lo que nos gusta cuando las hemos acabado.

Por eso si no trabajas, busca ocupaciones y encuentra aficiones o hobbies ¡Seguir mi blog es una gran opción¡

Así es más fácil mantener la desesperanza controlada.

4. Ponerse en manos de un profesional

Has veces que la desesperanza se mantiene en el tiempo y por mucho esfuerzo que hacemos para controlarla esta nos invade irremediablemente. En este caso la desesperanza está cumpliendo una función. Por ejemplo un distractor para no enfrentarnos a aspectos de nuestra vida que nos resultan dolorosos. En este caso ponerte en manos de un profesional (psicólogo o terapeuta) puede ser de mucha utilidad.

 

Espero que esta entrada os ayude a ver la desesperanza desde una perspectiva más constructiva, así como os animo a que pongáis en práctica las estrategias que os he propuesto. Estaría encantado de conocer tus experiencias y tus puntos de vista en relación a la desesperanza.

Con esta crisis es muy común el sentirnos desesperanzados, ¡Incluso a mi hermano el otro día le escucha que estaba desesperanzado con el juego del Barça este año!

¿Qué te hace estar así a ti?

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3 comentarios
  • Hola estoy pasando por una situación dolorosa con mi hijo de 19 años, esta preso y es la segunda vez. La primera me caí al suelo pero sobreviví, fue menos de 2 meses. Ahora se acaba de cumplir un mes y de un día para otro mi esperanza de que mi hijo pueda salir adelante se desvaneció. Creo por la situación es normal me sienta mal, sólo que necesito sacarlo afuera, tal vez con alguien no conozca. Mi pareja es psicólogo y me ayuda a lidiar con la situación lo más q puede. Busco información de como tratar o manejarse con un hijo con este tipo de problemas y no hay casi nada. Espero se me pase luego, ya que tengo otra hija q me necesita q estuvo con trastorno alimenticio, ya va para un año de tratamiento, esta mejor. Creo que todo fue provocado por la temprana muerte del padre de ambos cuando eran muy pequeños. Sí lees esto y me puedes dejar un mensaje te lo agradezco.

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    • Hola Liza.
      Gracias por leer mi artículo.

      Con respecto a lo que me preguntas. Una situación la que planteas muy complicada: enviudar y tener que hacerte cargo de dos hijos sin el apoyo de una pareja. Tienes mi más profundo respeto y admiración.

      Es normal que no encuentres información pues tu situación es muy particular y lo que puedes encontrar en blogs como el mio siempre va a ser muy general.

      No soy partidario de dar consejos y, menos por un medio tan frió como es internet. Además la información que me proporciones es escasa.

      Lo que te diría es que no focalices el problema en los síntomas de tu hijo (¿rasgos antisociales?) o tu hija (trastornos de la conducta alimentaria), estos son una manera de expresar como se encuentan ellos. Creo que tu intuición es buena, la muerte del padre seguro que supuso un punto de corte pero no solo para ellos, también para ti.

      Trata de ver que te pasa a ti. Haz un balance de tu vida centrándote en si has conseguido los objetivos que te marcaste cuando eras una niña. Reflexiona sobre la relación con tus padres. Sobre los secretos que ha habido en tu familia. Por mi experiencia cuando los padres se centran en resolver sus dificultades, esto siempre afecta positivamente a los hijos.

      Este artículo que escribí hace un tiempo pude darte más claves sobre lo que te estoy diciendo
      http://oscarguinea.com/blog/lo-siento-creo-en-la-casualidad-o-la-mala-suerte/

      Saludos

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  • Sí, es verdad! El juego del Barça este año me tiene desesperanzado a saco…. Una pena!

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