Los padres de niños con trastornos del espectro autista: un ejemplo de valores educativos
Uno sólo puede entender lo que ha experimentado por sí mismo.
Desde que soy padre ha cambiado la perspectiva de mi visión del mundo y esto se manifiesta en mi trabajo como psicólogo: si antes me resultaba fácil ponerme en el lugar de la persona que acudía a mi consulta, ahora también soy capaz de ponerme en el lugar de los padres de éstas personas.
Dentro de los “Trastornos del espectro autista” hay múltiples tipos, desde los “rarillos” de la clase (Síndrome de Asperger) a los autistas profundos que no se relacionan nada.
Yo he tratado a personas con algún tipo de trastorno del espectro autista (sobre todo con síndrome de asperger) Si la educación de un niño sin dificultades supone un esfuerzo considerable, me parece admirable lo que hacen los padres de niños con trastornos del espectro autista. Por eso últimamente me siento muy conmovido por éstos.
Para un padre aceptar que se tiene un hijo con un trastorno del espectro autista es un proceso muy duro. Hay padres que necesitan años para llegar a esta aceptación y otros que no lo consiguen nunca.
Para mí cualquiera de ellos tiene toda mi admiración.
Experiencia de padres de hijos con trastornos del espectro autista
Afortunadamente desde diferentes medios artísticos (comic, literatura y cine) se han realizado acercamientos para entender estas dificultades. Especialmente útiles para favorecer que desde el colegio, tanto los profesores como los alumnos, faciliten la integración de un colectivo con muchas dificultades.
Para mí es un motivo de orgullo presentaros dos publicaciones de dos padres españoles, que muestran de una manera amena, práctica y tierna como es la experiencia de ser un padre con hijos con autismo.
- “Diario de Abel” de Eduardo Ochoa. Editorial Fundación Quinta (2013).
- “María y yo” de Miguel Gallardo- María Gallardo . Recomiendo también el documental basado en el comic.
Los dos nacen de un intento de acercarnos a la realidad de lo que tienen que hacer los padres para ayudar a los niños con trastorno del espectro autista. Ambos cuentan un mes de vacaciones – con la familia al completo en “Diario de Abel” y el padre y la hija en “María y yo”-. Donde utilizan viñetas de comic para ayudar a que os niños del espectro autista asimilen conceptos, pues para este tipo de niños la información en imágenes es la manera más fácil de comprender y asimilar ideas o conceptos.
Valores educativos
Yo no tengo una hija con un trastorno del espectro autista.
Afortunadamente hasta ahora nuestra hija crece sin ningún tipo de dificultad. Independientemente de esto, experiencias como la del padre de María y Abel me ayudan a replantear como me gustaría educar a nuestra hija. Por eso destaco los valores educativos que transmiten ambos padres porque me parecen esenciales en la educación de cualquier niño/a:
1. Adaptarse a las necesidades de los hijos
En vez de luchar en que los niños entiendan las complejidades de las relaciones humanas, estos padres tratan de ponerse primero en la piel de sus hijos, buscando comprender como experimentan la realidad para encontrar formas de comunicarse con ellos. Así es más fácil que entiendan “nuestra” realidad.
2. Vivir el presente
Obviamente la preocupación principal de estos padres estará relacionada con cómo podrán desenvolverse estos hijos en el futuro. Esto es algo propio a la condición de ser padre, independientemente de las características de los hijos.
Los logros que van consiguiendo Abel y María cada día son todo un éxito. Cada logro es un premio para los padres, ya que éstos suponen un gran esfuerzo para cada niño y también para los padres.
Consolidar estos logros es más importante que plantearse un nuevo objetivo.
3. Humildad
Ambos padres adoptan una actitud de aprendizaje continuo con Abel y María. No dan las cosas por supuestas y están abiertos a utilizar cualquier herramienta que pueda ayudar a sus hijos: desde pedir ayuda a diferentes profesionales cuando lo necesitan, a probar cosas sin miedo a equivocarse.
4. Amor incondicional
Los padres de Abel y María los quieren por lo que son, independientemente de lo que consigan. Están orgullosos de sus hijos y evitan actitudes de exigencia o desvalorización.
Conclusión
Vivimos en una sociedad competitiva, donde se nos valora en función de lo que tenemos, sea material (un coche, una casa o dinero) o habilidades (idiomas, estudios o curriculum), más que de lo que somos.
Frecuentemente cuando estoy en un parque con mi hija, observo una actitud en los padres por mostrarles a los otros padres las habilidades que tienen sus hijos. Yo también lo he hecho alguna vez.
Conocer experiencias como la de los padres de Abel y María me ayudan a entender que educar a un hijo no es algo fácil o difícil, simplemente es algo que supone mucha dedicación.
¡Gracias a estos papás por mostrarme el camino a seguir en la educación de nuestra hija de una manera tan clara¡
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Hola Oscar;
Te dejo este pequeño comentario puesto que sí que me ha gustado tu post. Como madre de un niño Ásperger pienso que la difusión de estos artículos favorecen el conociemiento y la concienciación de que este «trastorno» existe, lo cual nos beneficia extraordinariamente.Todos los obstáculos y las visicitudes que pasamos en la educación de nuestros hijos para que consigan adaptarse a esta sociedad de «neurotípicos», podrían suavizarse si se llegase a conocer un poco más sobre el «mundo ásperger». Todo sería mucho más fácil.
Nosostras las madres también hemos esperimentado ese desconocimiento, por lo tanto entendemos que sea difícil de comprender algunas actidudes y actuaciones de nuestros hijos. Pero una vez conseguimos empezar a comprenderlos(nunca se consigue del todo), es cuando podemos aprovechar todo su potencial, ayudándolos y disfrutando de ellos. Por esta razón las madres queremos que los conozcan , porque sólo así podrán disfrutar y a la vez aprender de ellos. Entonces nuestros hijos empezarán a estar integrados en esta sociedad.
Gracias otra vez..
Hola Susana. Para mi es muy importante tu comentario pues, sin conocerte, tu eres una de esas personas que me inspiraron para escribir este post.
Suscribo todo lo que dices y aunque cada vez a más sensibilidad desde disciplinas como la literatura o el cine todavía no es suficiente.
A muchas cosas en las que choco en relación a la manera en que nuestra sociedad funciona, pero en relación a la integración de los trastornos del espectro autista en las aulas soy optimista…!Pero aún queda mucho por hacer!
Un abrazo