Dr. Google: El médico, psicólogo o psiquiatra disponible las 24 horas del día
Llevo ejerciendo la psicología clínica más de 10 años. Uno de los cambios más llamativos que he observado en los últimos años es que, cada vez con más frecuencia, las personas que acuden a mi consulta ya tienen un diagnóstico sin haber consultado con ningún profesional previamente.
Esto es lo que se conoce como el fenómeno Dr. Google: foros y páginas dedicadas a los diferentes trastornos mentales existentes, acceso a test que te ofrecen rápidamente un nombre a los síntomas que te hacen sufrir, blog de profesionales que te resuelven tus dudas “ipso-facto”, por mencionar algunas posibilidades.
Yo soy de los que piensan que los avances tecnológicos y la manera en evoluciona la sociedad siempre es a mejor. Siempre he considerado que los cambios suponen un estímulo a las rutinas, impiden que nos acomodemos y al obligarnos a enfrentarnos a situaciones novedosas, nos ofrecen una posibilidad de conocer aspectos de nosotros mismos que de otra manera nunca florecerían. Y, desde mi punto de vista, el autoconocimiento es la llave para el equilibrio y la felicidad.
Teniendo en cuenta esto Dr. Google tiene mucho más aspectos positivos que negativos.
Lo positivo del Dr. Google en la salud mental
- Saber que lo que nos ocurre a nosotros, que en muchos casos nos repugna y nos avergüenza, le ocurre a miles de personas alivia; hace que uno no se sienta tan diferente al resto de la humanidad.
- Lo que te ocurre tiene nombre y apellido. Además está profundamente estudiado y existen numerosas formas de abordarlo y “curarlo”
- Sensibiliza a la gente, ofrece la luminosidad de la información frente a las tinieblas de la ignorancia, volviéndonos más solidarios y comprensivos.
Todo esto hace que la gente tenga más conciencia de la “salud y de la enfermedad mental”, esto hace que consultar con psicólogos o psiquiatras ya no sea un hecho del que uno tenga que ocultarse, como si de un tabú se tratara.
¿Cuál es el problema del Dr. Google?
La individualidad de la persona se queda en un segundo plano
Hace mucho tiempo que soy muy cuidadoso a la hora de transmitir los diagnósticos a las personas que acuden a mi consulta. Trabajaba en una unidad de hospitalización de “trastornos mentales”, cuando se marchaban de alta de dicha unidad siempre se les daba a los pacientes un “Informe clínico”, el que se incluía un diagnóstico basado en el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM). A pesar de mis explicaciones previas en relación al diagnóstico y de las advertencias de abstenerse de consultar al Dr. Google, observé que lo primero que hacía el paciente en cuanto podía era buscar información en Dr. Google con respecto al diagnóstico que aparecía en el informe.
Era muy frecuente que recibiera una llamada de teléfono a los pocos días, o en la sesión de seguimiento del paciente, donde éste se mostraba desesperanzado, angustiado, abatido y con poca fe en sus recursos como consecuencia de su consulta con el Dr. Google.
Te sugiero que busques en Google los criterios diagnóstico DSM de “enfermedades mentales” como la Esquizofrenia, Los trastornos de personalidad o la adicción a sustancias por poner tres ejemplos (¡Hay más de 100 posibles diagnósticos¡) Comprenderás el por qué de las reacciones de los pacientes.
Los diagnósticos tipo DSM o CIE hacen énfasis en los aspectos desadaptativos de la persona, reduciendo la esencia y la complejidad de una persona a una etiqueta generalizada que una vez que la tienes difícilmente te vas a poder deshacer de ella (pues además suele ser crónica). Dejas de ser Manolo Pérez para convertirte en un adicto, un esquizofrénico o un trastorno de la personalidad.
Pierdes tu condición de ser único e irrepetible para convertirte en “uno de muchos” con unas características que no querrías ni para tu peor enemigo.
Por esta razón opté por no utilizar más los criterios diagnósticos DSM o CIE, tratando de dar explicaciones individualizadas y particulares sobre las dificultades de las personas que acudían a mi consulta, en las que incluía los aspectos sanos y patológicos de la misma.
Muchos de estos pacientes seguían y siguen pidiéndome criterios DSM o CIE. Por ética profesional no lo hago.
Competencia desleal
Internet es como una jungla a descubrir, donde cada profesional de la salud mental (e imagino que también de cualquier especialidad) trata de atrapar a los pacientes esperando que se queden con él y no con la competencia.
En un principio esto es la “ley de la oferta y la demanda” y la competencia siempre es buena pues hace que como profesional no nos acomodemos y estemos continuamente actualizándonos y perfeccionando nuestras habilidades y técnicas
Dentro de la psicoterapia hay diferentes formas de entender y tratar los problemas de salud mental. Se conocen como paradigmas, escuelas, modelos de intervención, etc. Con frecuencia las relaciones que se dan entre estos “modelos de intervención” recuerda a la de hermanos desavenidos, donde a pesar de compartir la misma sangre, los unos despotrican de los otros tratando de demostrar que modelo es más eficaz y eficiente en la resolución de los conflictos.
Los psicólogos cognitivo-conductuales ortodoxos plantean que la solución a los conflictos depende del cambio de pensamiento y critican los tratamientos largos del psicoanálisis. Los psicoanalistas más ortodoxos plantean que el cambio es lento y necesita de un trabajo profundo con el inconsciente. Los bioenergetistas plantean que la sanación sólo se da desde el trabajo corporal. Por nombrar algunos.
El problema está cuando una de las estrategias que se utilizan para captar es la de “Yo soy más profesional, más científico, más honesto, más eficiente que tú”, donde se recurre a la descalificación del otro profesional para “comprar ese producto”. Esto acaba produciendo mucha desconfianza e inseguridad en el paciente cliente que acude a la consulta con sufrimiento y lo único que quiere es equilibrio en su vida.
Soluciones rápidas para problemas cronificados
Generalmente cuando uno acude a un psicólogo es porque lleva arrastrando un problema desde hace años. Todos esperamos una solución lo más rápida y eficaz posible, desde esta perspectiva el garantizar esa solución es todo un reclamo para captar clientes: “eficacia del 90% en la solución de conflictos emocionales”, “Curación del 100% en adicciones si realizas el tratamiento X íntegramente”, “Problema de ansiedad resuelto en tres sesiones”.
Considero que por regla general los psicólogos y psiquiatras ejercen su profesión con honestidad y profesionalidad pero, esto es publicidad y marketing, y vale casi todo. No olvides que detrás de los servicios de psicólogos y psiquiatra suelen haber intereses económicos, por eso cuando un producto se ofrece ante eslóganes tan llamativos tómalos con cierta cautela.
Si te dedicas a la salud mental o a la medicina, ¿Qué opinas del Dr. Google? Como cliente o paciente, ¿Cúal es tu experiencia con el Dr. Google?
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Vaya gran anecdota!
La verdad es q la situacion debia ser complicada estando en un pais como china!
Esto lo viví yo hace exactamente 4 años. Cuando estaba en China arrastre un par de meses con una buena diarrea, un día investigue en google porque cuando iba a un medico chino no me enteraba de nada.
Dr. Google me dijo que tenia sida! Ni mas ni menos que sida! y ni se lo pensó, oye!
P.D. La diarrea tuvo un repunte ese día (normal), pero a la semana se acabo. 🙂