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La adicción a la pornografía es universal

Shame

Las grandes productoras de cine americano llevan bastantes años interesándose por la adicción a la pornografía. Películas como “Boogie nigths” (1997), “Orgazmo, “Wonderland” (2003) o “Mi vecina de al lado” (2004) son algunos ejemplos. Todas estas películas tienen en común que se centran en la industria pornográfica.

La diferencia es que las últimas películas americanas que he visto centradas en esta adicción dan una vuelta de tuerca y exploran la personalidad de los consumidores compulsivos de vídeos pornográficos y de sexo. “Shame” (2011) y “Don Jon” (2013) son dos buenos ejemplos.

Generalmente los casos de adicción a la pornografía, o en su defecto al sexo, que he tratado suelen estar asociado a cocaína y, en menor medida, al alcohol. He trabajado mucho con adicciones y conductas compulsivas y en mi experiencia profesional me he encontrado con pocos casos donde la adicción se centrase exclusivamente en el sexo, y en estos casos siempre han sido hombres.

Tengo una hipótesis en relación a esta adicción

Las conductas adictivas relacionadas con el alcohol, la cocaína o el juego provocan un deterioro a nivel económico, laboral y de salud que es difícil de ocultar.

Durante un tiempo la persona intenta tenerlo bajo control pero llega un momento en que esto no es posible, y las consecuencias de este comportamiento acaban llegando a la gente cercana. Normalmente las personas con una adicción se ponen en tratamiento “estimulados”/coaccionados/obligados por esta gente cercana (familiares, parejas, amigos o compañeros de trabajo”.

La pornografía es gratuita en internet y si tienes las habilidades adecuadas puedes mantener relaciones sexuales sin gastar dinero en exceso. La adicción al sexo y el abuso de video de contenido adulto es más fácil de disimular a la familia o la pareja, y si no hay un estímulo externo que los confronte con sus problemas no suele aparecer la conciencia del problema.

Por este motivo considero que es menos frecuente que se pongan en tratamiento.

En líneas generales el sexo compulsivo y la pornografía suelen ir de la mano, pero no siempre es así. Para concretar el tema  voy a centrarme en esto ultimo…

La pornografía

La-ceremonia-del-porno

Cito el libro de “La ceremonia del porno:
En Mayo del 2001 los ingresos provocados por la industria (películas, DVD, revistas, páginas web, canales por cable o películas de circuito cerrado de hoteles) en USA ascendía a catorce mil millones de dólares anuales.

Una cifra que superaba los ingresos anuales de la industria cinematográfica tradicional, pero también los del negocio del deporte profesional: béisbol, baloncesto y fútbol americano juntos (pag. 13)

En el 2013, citando datos de Victor Martín:  el 12% de las webs que hay en internet son de temática sexual, cada segundo se gastan unos 3.000 dólares en contenido adulto o que 1 de cada 3 visitantes es una mujer.

Unos datos impresionantes. No hay dudas de que es un fenómeno social, que aunque está enfocada básicamente para el consumo masculino cada vez más mujeres tienen acceso a él.

El protagonista de “Don Jon” afirma: “Todos los hombres ven pornografía”.

Huyo de las generalizaciones y no coincido con esta afirmación, pero los datos arriba citados hablan de un porcentaje muy elevado de consumidores.

Hablar de pornografía no es fácil. Es casi un tema tabú. Cito otra vez el libro de Barba y Montes donde según ellos el problema cuando se habla todo radica en creer que:

“(…. )Siempre son otros- en el caso extremo, todos menos quien habla- quienes conciben, producen, ofertan y consumen pornografía. (…) Y esa es una de las dificultades de hablar sobre el tema: reconocerse como sujeto susceptible a la pornografía, buscador activo de pornografía y reconocerse mientras la consume ”

Todos hemos visto porno con indiferencia y sentido un extraño alivio por ello, y una curiosa tentación de sentirnos superiores a quienes, imagina uno, sí se sienten excitados – y por ello vulnerables- frente al mismo que nos deja fríos.”

¿Tengo una adicción?

No voy a entrar en debates de los beneficios o consecuencias del consumo de pornografía (La psicóloga Jennifer Delgado escribió un artículo al respecto.)

Partiendo de las películas “Shame” y “Don Jon” voy a hacer un retrato de las manifestaciones que se presentan en una persona que consume compulsivamente videos con alto nivel erótico.

El proceso hasta consumirla de forma compulsiva no difiera mucho de lo que ocurre con otras conductas adictivas:

Ansiedad

Las personas que acuden a mi consulta por cualquier tipo de adicción buscan encontrar el porqué de dicho consumo.

Parte de mi trabajo consiste en cambiarle el punto de mira del porqué al “paraqué”.

Tal y como yo lo entiendo las adicciones no son un problema, sino una solución ineficaz para resolver algún tipo de problema o dificultad.

Identificamos ansiedad con una serie de síntomas (dificultad para respirar, aumento del ritmo cardíaco, sudoración, bloqueo del pensamiento, mareo, sensación de despersonalización,etc.)

Pero la ansiedad se puede manifestar de forma más sutil como se observa en el comportamiento de los protagonistas:

  • El protagonista de “Shame”, Brandon, es un personaje reprimido y con dificultades para expresar sus sentimientos. Su forma evadirse de esto es mediante el sexo y la masturbación.
  •  Jon Martello (el protagonista de Don Jon) es una persona obsesiva, metódica, muy preocupado de su imagen ante los demás y con un grado elevado de exigencia. Todo esto le produce una ansiedad que libera mediante la pornografía.

Por otro lado ambos sienten un impulso irrefrenable a consumirla, convirtiéndose en un círculo vicioso sin salida que gira alrededor de la ansiedad: “Me masturbo para evadirme de la ansiedad pero no hacerlo me produce más ansiedad”.

Dificultad para la intimidad

Ambos personajes tienen dificultad para hablar de sus necesidades, para confiar plenamente en otras personas y mostrar su vulnerabilidad o fragilidad.

Están atrapados en aparentar lo que no son, es buscar fuera una satisfacción que no encuentran en ellos ni en sus relaciones íntimas.

Soledad

Cuando ven pornografía es imprescindible estar solos. Es un acto que no quieren compartir con sus parejas. Es como un tesoro que solo desean disfrutar ellos, por eso llevan un control minucioso de las veces que lo hacen.

Jon Martello en “Don Jon”  describe lo que le produce ver pornografía Es el único momento en el que consigo liberarme completamente. Desaparece cualquier tipo de preocupación e inhibiciones, mi mente se queda en blanco, el mundo se para y solo estamos el ordenador y yo”

Abandono de intereses

Como ocurre con cualquier adicción cada vez se le tiene que dedicar más tiempo. Después de mantener relaciones sexuales con la pareja (“Cumplir” como dice el protagonista de “Don Jon), se levanta de la cama para masturbarse y durante las clases aprovecha para verlo incluso en el móvil.

Brandon en “Shame” todo lo que hace está enfocado al sexo, así tiene el ordenador del trabajo lleno de virus por acceder a las web de contenido adulto. No tiene amigos y las relaciones estables son inconcebibles.

Culpa

No hablan con nadie de su consumo de contenido adulto porque sienten que es algo malo, un motivo para avergonzarse. Jon en “Don Jon” borra el historial de las web para adultos que visita en el ordenador para que nadie sospeche que la consume, y además es un tema recurrente en sus confesiones.

Por otro lado intenta hacerse el propósito de dejarlo pero busca cualquier justificación para no reconocer su incapacidad de dejarlo.

Problemas de excitación

Brandon en “Shame” tiene problemas para tener una erección en uno de sus encuentros sexuales. Las personas consumidoras habituales pueden recurrir a un amplio catálogo de posibilidades y fantasías sexuales que la vida real raramente ofrece. Por eso cuando se encuentran con una mujer de carne y hueso difícilmente puede llegar al nivel de sus fantasías y la frustración les lleva a perder la erección.

Otra variante es tener que recurrir al recuerdo de escenas pornográficas para mantener la erección cuando se están practicando relaciones sexuales.

Si tienes tres de estas manifestaciones es posible que tengas una adicción. En ese caso te sugiero que lo hables con alguna persona de confianza o contactes un profesional familiarizado con las adicciones.

¿Viste alguna de las pelis? ¿Qué te parecieron? ¿Conoces alguna otra que a mí se me haya pasado?. Igual no te paraste a pensar en los personajes de estas 2 películas como yo lo hago, pero si tienes un minuto para pensarlo y llegas a una conclusión diferente a la mía, ¡estaré más que encantado de leerte!

 

BIBLIOGRAFÍA

Barba, Andrés y Montes Javier: “La ceremonia del porno” Ed. Anagrama

FILMOGRAFÍA

“Shame” (2011) de Steve McQueen

“Don Jon” (2013) de Joseph Gordon-Levitt

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